Atrás quedó la época en la que calcular tu presupuesto significaba contar las monedas en el bolsillo para ir al cine con tus amigos. Ahora gestionas tus finanzas (más o menos) como un profesional y estás pensando en invertir en una vivienda. Para ello, el banco necesita revisar tus ingresos y gastos para evaluar si tienes suficiente margen económico después de cubrir tus gastos mensuales obligatorios.
- ¿Qué es el remanente disponible?
- ¿Cuál debe ser el importe mínimo del remanente disponible?
- ¿En qué se diferencia del ratio de endeudamiento?
- ¿Remanente disponible o ratio de endeudamiento: qué prefieren los bancos?
- ¿Cómo se calcula el remanente disponible? (Ejemplo práctico)
- 3 consejos para aumentar tu remanente disponible
- Lo esencial que debes recordar
¿Qué es el remanente disponible?
El remanente disponible (en español también llamado capacidad económica sobrante) es un indicador clave a la hora de solicitar una hipoteca. Representa la cantidad de dinero que te queda cada mes para cubrir tus gastos cotidianos, una vez descontadas las cargas fijas de tus ingresos (hipoteca o alquiler, préstamos, impuestos, suministros, etc.).
En otras palabras, el remanente disponible refleja tu nivel de vida real. Permite a los bancos y entidades financieras valorar si puedes hacer frente a tus gastos diarios (alimentación, transporte, ocio, imprevistos) sin poner en riesgo el pago del préstamo hipotecario.
Por eso, este indicador es determinante para acceder a un crédito hipotecario: los bancos necesitan asegurarse de que puedes asumir las cuotas mensuales sin comprometer tu bienestar económico básico.
¿Cuál debe ser el importe mínimo del remanente disponible?
El importe mínimo del remanente disponible exigido por los bancos puede variar según la entidad financiera y según la situación personal del solicitante. No existe una norma única ni estandarizada en España, ya que cada banco aplica sus propios criterios para evaluar la capacidad de pago del cliente.
Aunque no hay un umbral oficial, algunas entidades manejan valores de referencia internos en función del número de miembros del hogar, el nivel de ingresos y la localización geográfica.
En Francia, el INSEE estima que el remanente medio por unidad de consumo (UC) ronda los 410 € mensuales. En España, no hay una cifra pública equivalente, pero según simuladores bancarios y portales financieros (como iAhorro o Kelisto), el remanente mínimo suele situarse en torno a:
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600 € para una persona sola
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900 € para una pareja sin hijos
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+250 € por cada hijo adicional
Lo más recomendable es consultar directamente con tu banco o utilizar simuladores hipotecarios para conocer los criterios específicos aplicados.
¿En qué se diferencia del ratio de endeudamiento?
El remanente disponible y el ratio de endeudamiento son dos indicadores fundamentales en cualquier solicitud de hipoteca, pero miden realidades distintas.
El remanente disponible se expresa en euros y representa la cantidad de dinero libre que te queda al mes una vez cubiertos los gastos fijos (cuotas, suministros, alquiler…). A ojos del banco, cuanto mayor es este remanente, mayor es tu capacidad de mantener una vida digna y hacer frente a imprevistos, lo que reduce el riesgo de impago.
En cambio, el ratio de endeudamiento (también llamado ratio de esfuerzo) se expresa en porcentaje y representa la parte de tus ingresos que se dedica al pago de deudas: hipoteca, préstamos personales, alquiler, pensiones alimenticias, etc. Sirve para analizar el peso que tendrá el nuevo crédito en tu economía.
En España, aunque no existe una normativa legal como tal, la mayoría de los bancos fijan un límite máximo del 35 % de ratio de endeudamiento, en línea con las recomendaciones del Banco de España y de organismos europeos. En ciertos casos, se permiten excepciones si el perfil económico del cliente lo justifica.
Fórmula para calcular tu ratio de endeudamiento:
Ratio de endeudamiento = [ (cuotas mensuales de préstamos + alquiler) / ingresos netos mensuales ] × 100
En la siguiente sección veremos cuál de estos dos indicadores interesa más a los bancos.
¿Remanente disponible o ratio de endeudamiento: qué prefieren los bancos?
¿Cómo calcular el remanente disponible? (Ejemplo)
Calcular tu remanente disponible no es nada complicado. Solo necesitas sumar todos tus ingresos mensuales netos y restar tus gastos fijos. La fórmula es la siguiente:
Remanente disponible = [ingresos – gastos fijos]
Veamos el ejemplo de Sebastián, que quiere calcular su remanente disponible antes de solicitar una hipoteca. Para ello, ha elaborado una tabla con todos sus ingresos y gastos fijos mensuales:
INGRESOS | € | GASTOS FIJOS | € |
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Salario neto | 2300 | Alquilar | 700 |
Ingresos mensuales por inversión (SCPI) | 120 | Agua | 30 |
Electricidad | 80 | ||
Préstamo del coche | 50 | ||
Suscripciones | 65 | ||
Seguro médico privado | 40 | ||
TOTAL | 2420 | TOTAL | 965 |
Para calcular su remanente mensual, Sebastián debe usar la siguiente fórmula:
Resto disponible (de Sebastián) = [2.420 € – 965 €] = 1.455 €
Cada mes, a Sebastián le quedan por tanto 1.455 € para cubrir sus gastos cotidianos y ahorrar.
Para no superar el límite legal de endeudamiento del 35 %, su banco no podrá ofrecerle cuotas mensuales superiores a 509 €.
¿Cómo aumentar el remanente mensual disponible?
A veces es necesario aumentar el remanente mensual disponible, ya sea para poder acceder a una hipoteca o simplemente para estabilizar la situación financiera. Para ello, no hay misterio: hay que aumentar los ingresos, reducir los gastos fijos… o ambas cosas.
Para aumentar los ingresos, más allá del salario, las posibles subidas o las primas negociadas con la empresa, conviene revisar si tienes derecho a ayudas públicas. Por ejemplo, muchos trabajadores no solicitan el Ingreso Mínimo Vital o determinadas prestaciones autonómicas por desconocimiento. Puedes utilizar los simuladores oficiales del Ministerio de Inclusión y Seguridad Social o de tu comunidad autónoma para ver si puedes acceder a una ayuda.
También es posible reducir los gastos fijos. Algunas opciones:
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Mejorar la eficiencia energética del hogar para reducir las facturas de luz y agua.
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Cancelar suscripciones o servicios que no se utilizan.
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Cambiar de vivienda o zona para pagar un alquiler más asequible.
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En caso de tener préstamos en curso, se puede negociar con la entidad un alargamiento del plazo de amortización para reducir la cuota mensual, o realizar amortizaciones anticipadas si tienes ahorros disponibles.
Y si ya tienes una hipoteca en curso, existe una vía muy eficaz para mejorar tu remanente mensual: cambiar el seguro de vida vinculado a tu préstamo. En España, aunque el banco pueda exigir que tengas un seguro vinculado al préstamo, no puede obligarte a contratarlo con ellos. Puedes acudir a un asegurador externo, lo que suele permitir acceder a tarifas más económicas.
En Assurly, nuestros clientes han logrado ahorrar hasta 48.000 € en comparación con un seguro tradicional, ¡sin renunciar a garantías sólidas! Esto puede suponer una diferencia importante en tu presupuesto mensual.
Lo esencial que debes recordar
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El remanente disponible (resto para vivir) es la cantidad de dinero que te queda cada mes para cubrir los gastos corrientes (alimentación, transporte, ocio, imprevistos) después de haber pagado todos los gastos fijos (alquiler o hipoteca, facturas, créditos…).
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No debe confundirse con el ratio de endeudamiento, que mide el porcentaje de los ingresos mensuales destinado al pago de deudas y rentas.
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En España, aunque el límite recomendado del ratio de endeudamiento se sitúa alrededor del 35 %, el remanente disponible sigue siendo un criterio importante para las entidades bancarias al evaluar la solvencia de un hogar.
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Para aumentar el resto para vivir, se puede incrementar los ingresos (incluidas las ayudas públicas como el Ingreso Mínimo Vital o prestaciones autonómicas), o reducir los gastos fijos. Contratar un seguro de vida hipotecario externo también es una forma eficaz de ahorrar en un préstamo, ya que en España tienes libertad para elegir tu aseguradora.