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Tasa de interés
Los intereses son el precio que hay que pagar por pedir dinero prestado, o la cantidad que recibe el prestamista a cambio de su oferta de préstamo. Por lo general, esta remuneración se calcula aplicando un tipo proporcional al capital prestado o tipo de interés. Por ejemplo, un préstamo de 150 000 € con un plazo de amortización de 20 años y un tipo de interés del 5 % genera unos intereses de 7500 €.
La fijación del tipo de interés se realiza siguiendo una lógica relativamente sencilla. Cuanto mayor es el riesgo de un proyecto inmobiliario, mayor es la prima que debe pagar el prestamista. Entre los riesgos figuran el impago (no reembolso del préstamo) y la volatilidad del mercado inmobiliario.
El seguro de crédito no es oficialmente obligatorio para un crédito inmobiliario, pero contratarlo permite hacer frente a cualquier imprevisto, como el fallecimiento, la incapacidad o la invalidez. También hay que tener en cuenta que prácticamente ningún banco aceptará conceder un préstamo sin seguro. Para determinar los gastos que conlleva el préstamo, hay que consultar la tasa anual equivalente (TAE). Este tipo constituye una escala fiable para comparar las ofertas de préstamo.
Existen tres tipos de tipos de interés posibles en el marco de la compra de un bien inmueble:
- el tipo fijo, que garantiza el mismo tipo de interés durante toda la duración del crédito;
- el tipo variable, que permite beneficiarse de un tipo competitivo y evolutivo en función del tipo de mercado;
- el tipo mixto (tipo fijo aplicado durante los primeros años de amortización y tipo variable para los años siguientes).