La SCI o Sociedad Civil Inmobiliaria es una entidad dedicada exclusivamente a la realización de un
proyecto inmobiliario. Su objeto social es, en particular, la adquisición y gestión de uno o varios bienes inmuebles. En principio, debe ejercer una actividad civil y no puede realizar actividades comerciales. Esta estructura jurídica está constituida por al menos dos personas. Cada uno de los socios recibe participaciones sociales en proporción a su aportación. Los miembros designan a un administrador que se encargará de la gestión corriente del patrimonio inmobiliario.
La compra de un
bien inmueble en una SCI puede realizarse mediante un
préstamo inmobiliario. Para ello, los socios pueden elegir entre dos soluciones:
- contratar el crédito inmobiliario directamente a través de la SCI;
- optar por un préstamo inmobiliario personal para financiar la compra de las participaciones sociales.
En el primer caso, los ingresos generados por la
inversión inmobiliaria deben ser suficientes para cubrir los
plazos. En el segundo caso, los socios están obligados a
reembolsar individualmente su
préstamo.
Como en cualquier crédito inmobiliario, la
entidad bancaria solo concederá el préstamo si los socios suscriben un
seguro de crédito. Este contrato garantiza que los
reembolsos de las deudas se mantengan independientemente de lo que le pueda ocurrir a uno de los accionistas.
Contratar un
seguro de crédito en el marco de un préstamo a través de una SCI también es una seguridad para todos los
prestatarios. En caso de
incapacidad temporal o permanente para hacer frente a sus
cuotas mensuales, la compañía de seguros se hará cargo de este incidente.
En el marco de un crédito hipotecario personal, cada uno tendrá un
seguro de préstamo individual. Si es la SCI la que contrata el préstamo, es necesario suscribir un
contrato de seguro conjunto. El préstamo debe estar cubierto en su totalidad. Los socios deciden entonces la
cuota que se asignará a cada
coprestatario.
Tanto si se trata de un prestatario clásico como de una SCI, es posible establecer una
delegación de seguro. Esta solución permite beneficiarse de una cobertura más adaptada a las necesidades de cada uno, al tiempo que se disfruta de una tarifa competitiva. Solo hay que asegurarse de elegir un contrato que ofrezca
garantías equivalentes a las del contrato colectivo.
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