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Capacidad de reembolso
Al solicitar un crédito hipotecario, la capacidad de reembolso es un elemento importante a tener en cuenta. Se trata de un indicador que permite estimar el importe máximo de la cuota mensual que el solicitante podrá pagar cada mes.
En concreto, la capacidad de reembolso corresponde a los recursos disponibles del prestatario tras deducir todos sus gastos fijos. El HCSF (Consejo Superior de Estabilidad Financiera) recomienda limitar la tasa de endeudamiento a un máximo del 35 % para evitar la situación de sobreendeudamiento. Por lo tanto, no puede destinar más de un tercio de sus ingresos netos al reembolso de todas sus deudas.
Su capacidad de reembolso depende de tres factores principales, a saber, sus ingresos mensuales, su situación personal y su situación profesional. Para evaluarla, basta con multiplicar sus ingresos por el 33 % (tasa de endeudamiento óptima) y deducir a continuación todos los gastos. Tenga cuidado de no subestimar sus gastos. Deben incluir:
- los gastos habituales (calefacción, agua, electricidad),
- las facturas de teléfono,
- las facturas de Internet,
- los impuestos sobre la renta,
- los impuestos locales y sobre la propiedad,
- los alquileres,
- el reembolso de cualquier crédito pendiente,
- otros gastos corrientes.