Una OAT (Obligation assimilable du trésor) es un título de
deuda emitido por el Estado francés. Su objetivo es recaudar los fondos necesarios para su funcionamiento a largo plazo.
La mayoría de las OAT están en manos de instituciones financieras, como
entidades bancarias, fondos de inversión, fondos de pensiones o compañías de seguros. Para invertir en obligaciones asimilables del Tesoro, primero hay que abrir una cuenta de corretaje. A continuación, los interesados deben buscar las OAT disponibles. Una vez seleccionados los títulos adecuados, pueden pasar órdenes de compra.
Algunas OAT también pueden negociarse en bolsa, especialmente en el mercado secundario. En este caso, los inversores compran un bono a través de un
corredor de bolsa.
Existen tres tipos de OAT:
- las OAT de tipo fijo,
- las OAT de capitalización
- y las OAT de tipo variable.
Las OAT a tipo fijo son
préstamos con
plazos de hasta 50 años. Garantizan el pago anual de un ingreso denominado cupón. El tipo se conoce en el momento de la compra del bono y no varía durante todo el
plazo de amortización. Al
vencimiento, la OAT se amortiza por su valor nominal.
Creados a partir de los OAT nominales a tipo fijo, los OAT de capitalización están desmembrados. Estos bonos no distribuyen cupones. Sin embargo, los inversores se benefician de un coste de suscripción atractivo. Además, conocen de antemano el valor de
reembolso de sus títulos. En cuanto a las OAT a tipo variable, su objetivo es proteger a los inversores contra la inflación francesa (OATi) y europea (OAT€i). El tenedor percibe un cupón que tiene una parte variable y otra fija.
Cabe señalar que las OAT a tipo fijo sirven de referencia para los
tipos de interés de los
créditos inmobiliarios a tipo fijo. El
Banco de Francia publica diariamente los tipos indicativos de estas obligaciones del Estado. El aumento de su rendimiento se traduce en un aumento de los
tipos fijos de los
préstamos inmobiliarios. Esto también influye en el
coste global del
seguro de crédito, un contrato destinado a proteger al prestatario y a la
entidad bancaria en caso de imprevistos. Afortunadamente, los suscriptores siempre podrán recurrir a la competencia mediante la delegación del seguro.
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